Me parece definitivo... Rafael Correa dio en la XVII Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile síntomas suficientes para demostrar que quiere cortar el cordón umbilical y parecerse cada vez menos al venezolano Hugo Chávez.
Tarea difícil, sobre todo por el entusiasmo con el que la prensa le preguntaba a cada momento ¿se siente más identificado con Chávez o con (la presidenta chilena, la socialista Michelle) Bachelet?
Pero Correa demostró que tiene agenda propia y se mostró sereno, firme y conciliador, mientras Chávez trataba de robarse el show cantando rancheras, acusando de fascistas y desestabilizadores a los empresarios y asistiendo a todo evento que se le proponía.
¿Se pasó al bando de Lula?, ¿Maduró?, ¿Está peleado con Chávez?... no sé, pero no lo creo... simplemente se dio cuenta de que tiene pasta para brillar solo, que su foco, ahora de 20 voltios, sirve para ir iluminando su camino, marcar su ritmo.
Pero le falta caminar bastante, ya que dejó en Chile dos ideas claras: que cree en el Socialismo del Siglo 21 (que nadie acaba de entender) y que busca la reelección... esos dos conceptos ocuparon espacios en la prensa de esta flaco y largo país y nada más... él no explicó bien sus intenciones y los periodistas demostraron poco interés por Ecuador, país del que solo atraen los camarones.
Además Correa dejó en evidencia en la cumbre su separación –por diferencias irreconciliables- con los empresarios nacionales... Ecuador regresó de la Cumbre con poco, apenas una buena relación con España, de donde vienen algunas inversiones.
Eso, a escala internacional.
Puertas adentro... lo mismo de siempre, el divorcio entre el presidente y la prensa... él exigiendo su derecho a la libertad de expresión, jugando al borde del reglamento, desafiante y por momentos insolente. La prensa, víctima de sus propias limitaciones, sin mucho que proponer y buscando siempre el pelo en el huevo, triste, como para ponerse a pensar.
Los periodistas ecuatorianos deben interesarse un poco más en su preparación, no temer expresar su propia visión, internacionalizar su cobertura, su mirada, perder miedo a las fuentes, prepararse, fijar agendas e informarse... en estas citas se da la posibilidad de hacer contactos, intercambiar experiencias, aprender, y de eso, nada.
Triste
domingo, 11 de noviembre de 2007
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