domingo, 6 de abril de 2008

Nuevos fantasmas

Antes, el enemigo era la partidocracia; después el rival se multiplicó y pasaron a ser “los pelucones de Samborondón”. Cuando todo parecía que estaba en paz, comenzaron a espantarnos los “agoreros del desastre” y los “amargados de siempre”.

En el poco más de un año que Rafael Correa lleva en el poder ha necesitado siempre de un enemigo para justificarse, para ser, para existir.

Hace una semana, el enemigo era Alvaro Uribe y el ejército colombiano asesorado por Estados Unidos y, desde el sábado, el enemigo es la CIA y la embajada, que están infiltrados en la inteligencia militar ecuatoriana.

Siempre un enemigo, siempre un problema a superar, siempre cuesta arriba.

El discurso de Correa no se diferencia en nada del de Hugo Chávez, que culpa de todos sus males al imperialismo de Bush, o al del mismo Bush que acusa de las dolencias estadounidenses a los terroristas.

Siempre en guerra, siempre tapando huecos, siempre diciendo “ahí viene el lobo”.

¿Y puertas adentro qué?

¿Qué pasa con los afectados por las inundaciones?, ¿Pasaron al olvido las víctimas del despertar de la mama Tungurahua?, ¿Qué se hará en la Superintendencia de Compañías?, ¿qué vamos a hacer con la inflación, que sube, sube y sube?

Correa critica a los tenedores de deuda, pero ha pagado puntualmente, al igual que Chávez, que se opone al imperialismo, pero le vende su petróleo, o el mismo Bush que guerrea en medio planeta para “buscar la paz”.

¿Alguien dice algo en Ecuador?... no he visto, no he escuchado y no he sabido nada, se habla de Dios, del aborto y de los gays y de la computadora del guerrillero Reyes, pero se hace el juego al Gobierno, se quedan en los árboles y no se ve el bosque entero.

Pedrito siempre alertaba a los leñadores diciéndoles que viene el lobo, para que lo vayan a ayudar. La segunda vez que comprobaron que no era verdad no acudieron a su llamado, entonces vino el lobo y acabó con su rebaño… que no nos pase.

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